La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria de la piel. Se caracteriza por pasar por momentos de brotes y momentos de calma.
El 80% de los pacientes con dermatitis atópica, tienen diagnóstico antes de los 5 años. De esto se desprende que es una entidad muy frecuente de la edad pediátrica. En los últimos años, su frecuencia en los adultos ha ido en aumento. Este número ronda el 20%.
Hay un porcentaje considerable de personas, que a medida que crecen, van mejorando su cuadro clínico, pero hay características de la piel que persisten toda la vida.
Los pacientes tienen una piel seca que pica y alterna el normal descanso y el ánimo de quien la padece.
Este punto es muy importante, ya que en el caso de los niños pequeños, se modifica la dinámica familiar, debido a que son niños con dificultades para dormir por la picazón, por lo que tampoco lo hacen sus padres.
Esta falta de descanso, hace rendir menos a los niños en la escuela, aumenta el ausentimos escolar y el ausentismo laboral de los padres es frecuente dado a la demanda de atención de los niños.
Ademas de la piel seca, otras lesiones en la piel, llamadas eccemas, se observan en lugares específicos de la piel, según la edad de los pacientes.
Los niños más pequeños tienen gran compromiso de la cara, mientras que los niños más grandes tienen más afectados los pliegues (codos, rodillas, cuello).
La dermatitis atópica requiere del entrenamiento familiar en el cuidado diario de la piel de estos niños y deben tener un asesoramiento adecuado para saber cuándo es el momento de volver a consultar con el dermatólogo pediatra.
Como líneas generales indicamos que los baños sean rápidos, con agua tibia y limpiadores cutáneos adecuados.
Luego del baño debe aplicarse una crema o emulsión en todo el cuerpo.
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Dra. Tamara Nijamin
