La toxina botulínica se utiliza en medicina estética desde hace muchos años para disminuir la presencia de arrugas faciales de expresión.
Las arrugas de expresión son aquellas que aparecen con el correr del tiempo por nuestros gestos, como reirnos, sorprendernos o enojarnos. Estos gestos repetitivos a lo largo de la vida, van provocando la aparición de estas arrugas.
Su uso en medicina estética ha generado un cambio notable en los tratamientos estéticos, generando disminución de arrugas a traves de un procedimiento menos invasivo con excelentes resultados.
La toxina botulínica provoca la inhibición local de un neurotransmisor llamado “acetilcolina”, que es el responsable de la contracción mucsular. La consecuencia de esta inhibición es la parálisis transitoria de la contracción muscular y la consecuente relajación muscular.
La accion de la toxina empieza a aparecer a los 7 días de la aplicación y dura entre 3 a 6 meses, momento en que puede volver a aplicarse.
Los sitios faciales clásicos donde se aplica la toxina son el entrecejo, la frente y en la zona externa de los ojos.
Como todos los procedimientos donde se pincha la piel (ya que la toxina se inyecta en el musculo a tratar) puede haber hematoma o enrojecimiento de la zona.
Otros efectos adversos, como la temida caida de parpados o elevacion antiestética de las cejas, no deberían suceder si se respetan las zonas de aplicación.
Principalmente no realizar ejercicio físico el mismo día
No recostarse ni dormirse durante las tres primeras horas luego de la aplicación
No refregar la zona de aplicación.
Luego de la aplicación de toxina no se recomienda procedimientos que aumenten la temepratura de la piel como para no inactivar la toxina y que se pierda más rápido el efecto.
Con el tiempo ha adquirido relevancia en otros usos médicos como contracturas musculares, asimetrías corporales, migrañas, sudoración excesiva, entre otras.
En manos de profesionales con experiencia los resultados son increíbles!
